lunes, 26 de marzo de 2012

Atacan la educación pública en beneficio del negocio privado


Comparto una columna que escribimos con la compañera y amiga Marilina, para La Verdad Obrera, semanario del PTS.

Macri y Cristina parecen estar en “sintonía fina” con respecto a la educación. El PRO avanza contra una gran conquista de los trabajadores y el pueblo: la educación pública, gratuita y laica: en la Ciudad el presupuesto para las privadas aumentó un 50% en tres años, mientras en la pública intentan cerrar cursos.
Mientras ambos gobiernos responsabilizan del éxodo hacia las escuelas privadas a los docentes que sostenemos diariamente con nuestro trabajo y nuestra lucha a la educación pública, evitan hacerse cargo de que son ellos quienes la desfinancian y atacan. Cada peso que el Estado destina a la educación privada es en detrimento del presupuesto para la pública. Es más, en sus discursos las escuelas privadas son un modelo a seguir.
En las privadas trabajadores, padres y estudiantes somos sólo un número Lo que no dicen ni Macri ni CFK es que los millones que destinan a escuelas privadas son para el salario de docentes que se eligen, al igual que el alumnado, según “el perfil” del empresario o cura a cargo de la escuela. Allí trabajamos los mismos docentes que en las públicas, que también nos capacitamos fuera del horario escolar y tomamos dos o tres turnos para llegar a fin de mes. La diferencia es la precarización: no hay derecho a huelga, ni días de estudio, trabajamos incluso cuando nosotros o nuestros hijos estamos enfermos. Y para los estudiantes también: cuando una familia se atrasa en su cuota, no tienen pruritos en excluirla de actividades o incluso no renovarle la matrícula del año siguiente. Estas escuelas que discriminan de acuerdo al tamaño del bolsillo, además imparten contenidos religiosos que no todas las familias comparten y que no figuran en los diseños curriculares. ¡Y los pagamos todos con los subsidios!
La educación pública tal cual está merece ser discutida, pero no es la educación privada la que garantiza una educación no dogmática, científica y de calidad. El fin de una escuela privada es el lucro, y nada más.
¡No dan tregua a la escuela pública! ¡Debemos luchar para defenderla! Envalentonado por los discursos de CFK, Macri ordenó el cierre de 221 cursos de primaria, media y técnica. Max Gullmanelli, actual Director General de Educación Estatal de la gestión PRO e íntimo del padre Grassi, firmó el decreto.
Junto a la docencia y a los supervisores y directivos que no acatan esta medida están los padres y estudiantes de pie para enfrentar este ataque privatista. Porque no se trata sólo del legítimo reclamo de la estabilidad laboral docente: lo que está en juego es el derecho de miles de pibes a la educación en las mejores condiciones. Tenemos que impedir el cierre de estas 221 aulas. Hay experiencia: en 2009 y 2010 logramos con la lucha evitar que se cerraran cientos de grados y cargos. ¡Retomémosla! Desgraciadamente, nuestras conducciones sindicales poco hacen para enfrentar esta medida. Prefieren que pasen los ataques antes que tener que enfrentar a los gobiernos.
La educación pública preocupa al conjunto de la clase obrera y el pueblo pobre, por eso tenemos que coordinar, organizarnos y movilizarnos en su defensa. Hagamos una gran campaña contra la privatización y el ajuste. Vienen por nuestras conquistas, vamos a defenderlas. Peleemos por un sistema único de educación a nivel nacional, que garantice una educación pública laica, gratuita, científica, y al servicio de los intereses de los trabajadores y los sectores populares.
Virginia Pescarmona y Marilina Arias, docentes CABA

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